miércoles, 28 de diciembre de 2011

LA ARQUEOLOGÍA

La Arqueología (del griego «ἀρχαίος» archaios, viejo o antiguo, y «λόγος» logos, ciencia o estudio) es una disciplina científica que estudia las sociedades y sus cambios a través de restos materiales distribuidos en el espacio y contenidos en el tiempo. Así, se debe dejar de lado la tradicional visión de que como «una ciencia auxiliar de la Historia, la Arqueología se ocupa de la Prehistoria ya que complementa con documentos materiales aquellos períodos no suficientemente iluminados por las fuentes escritas».

La mayoría de los primeros arqueólogos, que aplicaron la nueva disciplina a los estudios de los anticuarios, definieron la arqueología como el «estudio sistemático de restos materiales de la vida humana ya desaparecida». Otros arqueólogos enfatizaron aspectos psicológico-conductistas y definieron la arqueología como «la reconstrucción de la vida de los pueblos antiguos». En algunos países la arqueología ha estado considerada siempre como una disciplina perteneciente a la antropología mientras que ésta se centra en el estudio de las culturas humanas, la arqueología se dedica al estudio de las manifestaciones materiales de éstas. De este modo, en tanto que las antiguas generaciones de arqueólogos estudiaban un antiguo instrumento de cerámica como un elemento cronológico que ayudaría a ponerle una fecha a la cultura que era objeto de estudio, o simplemente como un objeto con un cierto valor estético, los antropólogos verían el mismo objeto como un instrumento que les serviría para comprender el pensamiento, los valores y la cultura de quien lo fabricó.
Hoy día, la Arqueología es considerada una ciencia social autónoma. Su principal objetivo es el estudio de los cambios en la organización social, así como la diversidad del comportamiento humano (económico, político, ideológico) en el pasado. Esto normalmente se logra a través del estudio de restos materiales en contextos espaciales y temporales definidos. Es por este motivo que la Arqueología tiene, en primer lugar, un particular interés en la definición clara de secuencias temporales (divisiones diacrónicas), que se concretan en periodos; aunque hay arqueólogos que tienden a especializarse en un periodo, también prestan atención a sucesos previos y posteriores a ese periodo; a este patrón constituye una excepción la Arqueología Urbana, donde no resulta posible establecer divisiones temporales o diacrónicas. En segundo lugar, la Arqueología centra su atención en marcos espaciales concretos (divisiones sincrónicas) tales como "regiones" o unidades políticas, "sub-regiones" o comunidades, y "áreas locales-yacimientos" o unidades domésticas y sus restos asociados (lugares de actividad, tumbas, entre otros). A diferencia de la Historia, secuencias temporales profundas y diversidad de espacios la proveen de variadas y complementarias escalas de análisis, rasgos únicos que le permiten reconstruir y dar explicaciones acerca de los cambios sociales y la diversidad de la organización social humana.
La investigación arqueológica ha estado relacionada fundamentalmente a la Prehistoria y a la Antigüedad; sin embargo, durante las últimas décadas la metodología arqueológica se ha aplicado a etapas más recientes, como la Edad Media(Arqueología Medieval), la Edad Moderna (Arqueología postmedieval) o el periodo industrial. En la actualidad, los arqueólogos dedican ocasionalmente su atención a materiales actuales, investigan residuos urbanos, con lo que está naciendo la denominada arqueología industrial.


Arqueo astronomía



La arqueoastronomía es el estudio de yacimientos arqueológicos relacionados con el estudio de la astronomía por culturas antiguas. También estudia el grado de conocimientos astronómicos poseído y los instrumentos utilizados por los diferentes pueblos antiguos. Uno de los aspectos de esta disciplina es el estudio del registro histórico de conocimientos astronómicos anterior al desarrollo de la moderna astronomía.
Estudios realizados


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Un ejemplo de este tipo de estudios se encuentran en el extenso registro producido por la antigua astronomía china en busca de referencias a «estrellas invitadas», objetos o estrellas observados por los antiguos astrónomos chinos y registrados como objetos pasajeros. Algunos de ellos eran cometas mientras que otros constituyen superno vas cercanas cuya aparición en tiempos históricos permite estudiar en detalle la evolución temporal de estos fenómenos.
Otro tipo de estudios de carácter más cultural estudia los alineamientos de construcciones y monumentos antiguos de acuerdo con las posiciones del Sol y la Luna. Existen numerosas afirmaciones sobre la naturaleza del monumento megalítico de Stonehenge como representante de un «antiguo observatorio». Éste y muchos otros monumentos antiguos poseen alineamientos que parecen significativos en los puntos del solsticio y equinoccio.
En los años sesenta, Alexander Thom realizó un exhaustivo catálogo de monumentos megalíticos en Gran Bretaña.Como resultado de sus investigaciones sugirió que dichos monumentos constituían una indicación para la elaboración de un antiguo calendario.

Escuelas arqueoastronómicas
Para deducir el conocimiento astronómico que tenían nuestros ancestros, los actuales arqueoastrónomos parten de dos escuelas arqueoastronómicas muy diferentes:
  1. Una escuela, que se podría llamar «arqueoastronomía orientacionista», considera como único objetivo a estudiar por esta disciplina, las orientaciones en días determinados del año: en los solsticios o en los equinoccios, con el sol, o con la luna, o con las constelaciones, o con los planetas de los edificios arcaicos, o de los pasillos, o de las puertas de las construcciones sagradas.
  2. Mientras que la escuela de la « arqueo astronomía global», considera como objetivo de esta ciencia, tanto el estudio de las obras de arte prehistóricas (esculturaspinturasgrabadosgeoglifostumbas, edificios y otras manifestaciones artísticas...), como el estudio de los mitos, así como los nombres de constelaciones y lorituales celebrados por diversos pueblos históricos heredados de la más remota antigüedad, en los que nuestros ancestros han dejado la huella de sus conocimientos astronómicos.
Se basa en el hecho de que desde inicios de la cultura humana, los humanos hicieron observaciones meticulosas de fenómenos (clima) a la par que observaciones muy precisas y sistemáticas de los ocasos y ortos, vespertinos y matutinos de las constelaciones (movimiento cíclico de los astros a lo largo del año). Con esos dos grupos de observaciones definieron una relación. Y en esta relación «científica» mostraron la regularidad de los fenómenos cíclicos asociados a precisas situaciones de constelaciones a lo largo del año, que también eran cíclicos.
O sea que nuestros ancestros descubrieron una regularidad de los fenómenos en coincidencia con la regularidad en los movimientos de los astros: estrellas reunidos en constelaciones que aparecían en el cielo mirando al norte, tras el ocaso del sol, o en los «grupos estelares» que aparecían antes del amanecer / antes de la salida del astro sol, sin fijarse apenas en la posición de los grandes astros: el sol, la luna, o los planetas. Y con esos dos grupos de observaciones definieron una relación «científica», unas reglas de las que podían sacar inferencias inductivas del clima esperado con cierto grado de probabilidad con determinadas constelaciones vespertinas o matutinas en determinados días del año (los 22 días de fiestas).
Gracias a esta observación astronómica conocían el «tiempo atmosférico asociado a constelaciones». De forma que con ello «adivinaban» cuándo, por ejemplo, era el tiempo más adecuado para sembrar para que germinara las semillas, porque en tal momento sabían que iba a llover; o «adivinaban» cuándo era el momento mejor para la recolección de los frutos porque sabían cuándo iba o no a hacer calor que haría o no madurar los frutos; o «adivinaban» si era el momento para viajar, porque sabían que iba o no a haber tormentas o tempestades, etc.
Y este conocimiento lo codificaron en un lenguaje metafórico y con una explicación religiosa. Por eso a la vez celebraban determinados rituales durante los 22 días de fiestas del año, para convencer a la Madre Naturaleza que cumpliera con su responsabilidad y enviase el fenómeno esperado en ese momento del año. O sea que el fundamento de sus mitos, rituales,... era de alguna manera «científico», pero tenían la finalidad de pedir a la Divinidad que asegurara de manera «mágica» el alimento y la supervivencia, de acuerdo con el período del año (clima) en los que se encontraban (no pedían que los defendiera de la helada en verano, sino cuando el calendario lo indicaba)
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Arqueología subacuática

La arqueología es la ciencia que se encarga del estudio de las estructuras históricas, económicas y sociales del pasado a través de la recopilación y la investigación de los elementos de cultura material, fruto de la actividad pretérita de una sociedad. La actividad arqueológica bajo el agua ha recibido diversos nombres a lo largo del tiempo: hidroarqueología, acqueologia, arqueología marina, arqueología submarina y arqueología subacuática.

Opción actual
La comunidad de arqueólogos a nivel internacional consideran que cualquiera de los términos con respecto a este desarrollo de la modalidad restringe el trabajo. Por lo que lo importante es considerar que nunca seamos restrictivos y que el termino pueda ser usado lo más global posible. Arqueología marítima: es el estudio arqueológico del hombre y su interacción con el mar, pudiendo incluir sitios no sumergidos pero relativos a actividades marítimas, tales como faros, construcciones portuarias o estaciones balleneras. Arqueología marina: comprende el estudio arqueológico de restos materiales creados por el hombre que han sido sumergidos en el medio (aguas saladas), como el caso de una aeronave. Arqueología náutica: es el estudio arqueológico de los sistemas de navegación (barcos y los sistemas constructivos empleados en los mismos). Este concepto puede incluir sitios terrestres relacionados con embarcaciones o la construcción de las mismas (incluyendo los cementerios de barcos), restos de pecios que aparezcan en el medio terrestre y artilleros.

Diferencias con la arqueología terrestre
El medio:
  • Natural, aguas de mares, océanos, lagos, ríos, arroyos, pantanos, marismas, cuevas, cenotes.
  • Artificial, embalses, canales, diques, pozos.
Conservación:
  • Mejores condiciones del estado de conservación.
  • Equilibrio con el medio después de transcurrido un tiempo.
  • Duración temporal tras adaptación al medio.
Deterioro:
  • Procesos químicos y biológicos propios del medio.
  • Cambios en la estabilidad del material al cambiar las condiciones del medio.
Equipamiento de trabajo:
  • Orientado a salvar la condición del medio. 
Aparición
La aparición de la arqueología subacuática como modalidad de la ciencias arqueológicas, es el resultado, como se vera, del desarrollo combinado de historia arqueológica, ciencias y tecnológico.

Periodo de gestación (1490 a. C. – 1868)
Constituye el más largo de los periodos definidos para la historia de la arqueología subacuática. Se caracteriza por el desarrollo de todo tipo de artilugios para satisfacer uno de los más antiguos anhelos del hombre: poder desplazarse por el fondo de las aguas.
Motivos:
  • Económicos: obtención y aprovechamiento de los recursos que se desarrollan en el medio acuático para el consumo propio o para su comercialización.
  • Militares: medio de defensa o ataque frente a un rival.
  • Rescate: recuperación de los elementos hundidos de valor comercial.
Formas:
  • Apnea, conteniendo la respiración (buceadores rodiosurinatores romanos, cachido, ama y funado japonesas, etc.)
  • Mediante implementos que faciliten la respiración.

 Implementos rudimentarios

Tubo respirador (Snorkel)

Quizá pudo tratarse del primer y más básico elemento empleado por el hombre para respirar bajo el agua. Su empleo se realizó siempre en aguas someras. Las primeras referencias a su empleo se recogen vagamente en la obra del filósofo e historiador griego Aristóteles. Su empleo era común entre los urinatores romanos, quienes los usaban con un flotador en su extremo distal. Así lo demuestran los escritos del historiador Plinio el Viejo, quien en su obra Historia naturalis, escrita en el año 77, describe su utilización con fines bélicos.
Jerónimo de Ayanz y Beaumont (1603), inventó un tubo simple con válvula de purga, uno doble con tubos conectados a fuelle superficial y una válvula de purga. Se atribuye también a su invención un tubo conectado a saco de piel.
Robert Fludd (1817), entrega datos sobre un rudimentario tubo respiratorio cuyo extremo terminal flotante tiene forma de embudo.
Manuel Gispert (1733), tubo respiratorio que permite comunicarse con la superficie.

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